Mr. ¡(Fuck)ers!

viernes, 15 de noviembre de 2013

Uno de esos conocidos "malos días".

Que tener un mal día lo tiene cualquiera. Que hoy en día es difícil estar más de un mes sin haber pasado por uno de esos días en los que te preguntas a ti mismo qué es lo que pasa, qué es lo que va mal. Que los malos días están en cada esquina, que te puedes tropezar con uno sin darte cuenta. No lo ves venir, no sabes que al cruzar la calle y girar, te vas a chocar de frente con ese sentimiento que te va a hacer que se te venga el mundo entero encima. No prevés eso de tener que soltar lágrimas y desahogarte. No sabes que vas a tener que encerrarte en tu habitación, completamente a solas, y tener que coger lápiz y papel para poder soltar todo eso que lleva encerrado dentro de ti tanto tiempo, y que tarde o temprano tiene que salir, lo tienes que soltar y lo tienes que escribir. Y lo que mejor se puede hacer, después de tener escritos todos esos montones de palabras en un papel, es quemarlo, para que olvidar se haga más fácil. Quemar ese papel dónde han quedado escritos todos esos sentimientos que se necesitan compartir. Y compartir, muchas veces, no hay que compartir con alguien, simplemente lo compartes contigo mismo, con tu cabeza, con tus pensamientos. Mezclas pensamientos y sentimientos, que son dos cosas completamente diferentes. Se junta todo lo que sientes en tu corazón, con lo que piensas con la cabeza. Y es aquí cuando te das cuenta de que el problema es más simple de lo que piensas. El problema no es el conflicto con todo ese mundo que te rodea, no. El problema está dentro de ti. El mayor problema es el puto conflicto que se genera al mezclar eso que sientes con el corazón, con eso que piensas con la cabeza. Entonces, respiras hondo, coges aire, y los sueltas con todas tus fuerzas cerrando los ojos, y soltando también las últimas lágrimas del día. Miras a cualquier sitio sin ver nada. Simplemente mantienes la mirada en un punto fijo sin ser capaz de enfocar lo que estás viendo, porque en ese momento no eres capaz de pensar en nada más que no sea en todo eso que antes habías escrito en un papel, y que acabas de quemar. Y solo piensas que eso de haber quemado tus sentimientos haya valido la pena, y poder olvidarlo. Solo esperas poder meterte en la cama, soñar algo bonito, despertarte al día siguiente y volver a ser de nuevo eso que eras hace dos días: volver a ser esa persona que intenta sonreír pase lo que pase. Volver a ser esa persona que mantiene esa sonrisa durante las veinticuatro horas del día porque lo que está viviendo, merece la pena disfrutarlo.

1 comentario:

  1. Joder, tu blog es un sinónimo de perfección desde mi pequeño punto de vista. Sigue así, eres genial. Ya te comentaré más veces sí quieres. Gracias por este tipo de entradas que me recuerdan que no soy la única que lo pasa mal. <3 Suerte con todo, levanta la cabeza y sonríe. Un día puedes estar mal, pero no vale la pena desperdiciar el día siguiente estando mal. Vive, porque la vida pasa en un abrir y cerrar de ojos, tenlo en cuenta. Un besazo!

    ResponderEliminar